DE LA CAUSA DE LA RECONSTRUCCIÓN.
A MANERA DE ANTECEDENTE
DE LA FORMA DE TRABAJAR.
Se nombró un Comité de Vigilancia integrado por representantes de los Colectivos, los voluntarios, los afectados y las organizaciones externas que apoyan la campaña de donaciones.
Se estableció la importancia de la corresponsabilidad que existe en la construcción de comunidad entre los donantes y los beneficiarios afectados del sismo. Misma que puede representar una satisfacción compartida como resultado de la solidaridad, la honestidad, la sinceridad de unos y de otros la expresión del compromiso de vivir en colectivo según nuestra tradición cultural y de ambas partes un proceso de reconstrucción humano y con dignidad.
Muchas gracias por la confianza.
"Y entonces en esa reunión los dioses llegaron a la conclusión de que
debían hacer el mundo. Todos se comprometieron a dar algo para hacer el
mundo. En esa ocasión la tierra se comprometió a darle de comer al
hombre toda su vida. Y el hombre se comprometió a darle de comer con su
muerte, por eso ponemos ofrenda con lo que cosechamos. Por eso sembramos
el cuerpo de la gente que muere. Para cumplir con esa palabra . . . "
Fragmento Leyenda de la formación del mundo.
Narrada por el señor
Chamalio de Xoxocotla en 1993.
Atendiendo a que en Xoxocotla,
comunidad integrante del pueblo nahuatl ubicada al norte del municipio
de Puente de Ixtla, Morelos la casa más que un inmueble, es un espacio
que bajo una lógica comunitaria basada en la tradición cultural
indígena, como bien lo expresa el fragmento citado, es una instancia de
formación donde los pactos más íntimos y necesarios para mantener la
vida se ejercen, se enseñan, se preservan, se fortalecen. Por ese motivo
la casa tiene una razón de ser basada en la forma de ser y hacer la
vida cotidiana y lo extraordinario. La casa donde se guardan los
recuerdos. La casa que en sí misma es un recuerdo de esfuerzos, luchas,
carencias e ilusiones. Donde se enseña a tener el corazón humano, el
antiguo compromiso de vivir en colectivo con todo lo que eso implica:
organización, tolerancia, inclusión, honestidad, valor, responsabilidad.
En sus muros se cuelga el árbol genealógico, las huellas de los pasos
de la familia materializados en recuerdos de excursiones, fotografías en
cuadros, adornos, sombreros entre otras cosas. Es donde hay un vínculo
con la divinidad en lo más íntimo del Altar. Se habla con los familiares
que ya no están con nosotros, se comparten las cosechas a la muerte, a
nuestros difuntos y no hay exclusión pues la vida y la muerte van de la
mano. La cocina con el "Clecuil" o la estufa de gas que siempre están
unidas al comedor, o son el comedor mismo. El mejor espacio de
acercamiento donde se comparte la comida, se integra la familia, se
colabora. Por tradición se enseña a servir a los demás. La casa que
también lo son el patio, el huerto, el corral (Cuando los hay), los
gallineros y las bodegas son esenciales para la construcción de la
comunidad en la cual las mujeres tienen un papel primordial.
“Los huertos o patios son espacios de gestión y trabajo primordialmente
femeninos, con ayudas puntuales de los hombres, jóvenes y niños (…) la
función principal es aportar recursos complementarios a la base de
seguridad alimentaria de la unidad familiar, que a pesar de sus
pérdidas, se sigue sosteniendo” (Guzmán, 2009)
Además se siembran
los ombligos, se vela al familiar difunto, se asolea la cosecha, se
vuelve espacio de la fiesta, de los arreglos de boda, de reuniones con
la familia nuclear o la familia extendida. Se recuerda el pacto de que
cada miembro debe aportar algo para hacer el mundo, ese mundo que se
crea en la casa, que se replica en el barrio y crece en la comunidad
entera.
Sin embargo, también se guardan las camionetas, las moto
taxis o los comales de la señora que vende tortillas o gorditas. Sí
porque los efectos avasallantes de la modernidad concebida por una
lógica capitalista e impuesta por una cultura hegemónica, han obligado a
los cambios mediante lo intenso de los procesos educativos en la
escuela, los medios de información, las religiones, las políticas
públicas y programas sociales. Sin embargo, también hay respuestas de
gran resiliencia alimentada por los repertorios culturales con los que
se construyen caminos para seguir resignificando la identidad cultural,
el apego al territorio, la continuidad histórica.
Por lo
descrito anteriormente, no entendemos la reconstrucción del inmueble sin
la reconstrucción del tejido social y cultural. La causa del presente
proyecto es la reconstrucción del territorio cultural. La crisis que
nos dejó el sismo del pasado 19 de septiembre, no solo significa para
nosotros destrucción, muerte y desastre. También se constituye en la
oportunidad de reflexión, de análisis, de aprendizaje con el objetivo de
incidir en el cambio de paradigmas. De hacer visible la gran necesidad y
vigencia de nuestra lógica comunitaria que empodera a la gente y la
hace proactiva. La hace sujeto de derecho en la construcción de la
comunidad. La dignifica a pesar de la desgracia.
A MANERA DE ANTECEDENTE
Una vez acontecido el sismo de 7.1 grados el pasado 19 de septiembre,
los integrantes del Centro Cultural Yankuik Kuikamatilistli a pesar de
haber sido afectados, decidimos salir a hacer un registro fotográfico de
los daños en la comunidad. En la zona sur nos quedamos sin energía
eléctrica y sin telefonía, lo que no nos permitió saber de la magnitud
de las consecuencias en la región. Por los comentarios de quienes
regresaban de Jojutla, Zacatepec y Tlaquiltenango supimos que hubieron
daños severos en esos lugares. Así decidimos convocarnos a acopiar
víveres y medicinas para apoyar a los lugares mencionados. Xoxogulan
A.C., el Colectivo Lxs Nadie, el proyecto de Tsilinkalli y el Centro
Cultural decidimos establecer un Centro de Acopio e invitamos a nuestros
alumnos de los diversos cursos regulares a colaborar como voluntarios.
Ante la convocatoria llegaron estudiantes de pedagogía, arquitectura,
puericultura, enfermería entre otros jóvenes de la comunidad y formamos
cuadrillas para hacer un censo y evaluar el daño sufrido en la
comunidad. Así llegamos a censar 145 casos en los primero días y tuvimos
mejor panorama de las afectaciones. Una vez restablecida la telefonía y
la energía eléctrica, pudimos comunicarnos con los diversos centros
culturales y promotores culturales comunitarios, así se tejió una red de
apoyo e información que nos permitió canalizar de manera puntual y
específica los donativos a la personas afectadas.
Establecimos
una serie de principios que le dieran sentido ético a nuestro trabajo
voluntario en el centro de acopio bajo la lógica comunitaria que emana
de nuestra tradición cultural. Una vez establecidos los principios,
elaboramos un protocolo de atención a los afectados y a los donantes que
vigilamos de manera colectiva entre los colectivos y voluntarios que
mantuvimos en funcionamiento el centro de acopio.
Bajo estos
principios atendimos a los grupos de brigadistas, universidades,
organizaciones, sindicatos y a quienes de manera individual llegaban a
donar de cerca de 14 estados de la república. Les explicábamos como
decidimos trabajar para garantizar que los apoyos fueran entregados a
las personas que realmente lo necesitaran. Esto nos permitió atender con
un poco más de mil despensas, medicamentos, ropa, herramientas, equipos
de curación a 20 comunidades de 11 municipios del estado y a dos
comunidades del vecino estado de Puebla. Esto además de atender a las
familias censadas por nuestros equipos de voluntarios que llevaban
despensas, ropa, medicamentos, materiales para la construcción de
albergues o techos temporales en un primer momento. Después fueron las
visitas de brigadas de ingenieros y arquitectos que nos ayudaron a
evaluar los daños de las casas afectadas.
Dividimos la etapa de
atención de la emergencia y una vez atendida la urgente, se decidió dar
por terminadas las actividades de centro de acopio, para iniciar los
preparativos del proyecto de reconstrucción con el que pretendemos
atender a 145 familias mediante sesiones de capacitación, información,
reflexión, análisis en formatos de talleres, conversatorios, asambleas y
faenas comunitarias con el pretexto de que 25 casas requieren
reconstrucción total y 120 que requieren atención diversa que va desde
el fortalecimiento de estructuras, reparaciones de lozas hasta
reparaciones menores.
Se han
establecido días de asambleas informativas con los colectivos y los
afectados para dar cuenta de los avances y obstáculos que se presentan
en el proceso de reconstrucción. Así se buscan soluciones de manera
participativa y se establecieron los principios éticos de nuestra lógica
comunitaria bajo los cuales se regirá el proyecto de reconstrucción
ponderando el bien común y la participación amplia.
Se propuso a
la asamblea un modelo de casa elaborado por los estudiantes de
arquitectura que participaron como voluntarios para su consideración.
Ese modelo está enriqueciéndose con los afectados, los estudiantes del
Instituto de Energías Renovables de la UNAM y de la Facultad de
Arquitectura de la UAEM que se han sumado a este proyecto.
Se
establecieron alianzas con organizaciones no gubernamentales y
fundaciones para obtener donativos en especie de materiales
convencionales y de métodos o técnicas de construcción con materiales de
la región.
Se nombró un Comité de Vigilancia integrado por representantes de los Colectivos, los voluntarios, los afectados y las organizaciones externas que apoyan la campaña de donaciones.
Las
asambleas se convirtieron en sesiones de reflexión sobre los saberes
tradicionales al respecto de la casa, su utilidad, su función social y
las formas de construcción. A la par se han propuesto sesiones de taller
para trabajar con adolescentes y niños que participaron como
voluntarios en el centro de acopio. Dichos talleres se llevan a cabo con
estudiantes de la Facultad de Estudios Sociales de la UAEM.
Se estableció la importancia de la corresponsabilidad que existe en la construcción de comunidad entre los donantes y los beneficiarios afectados del sismo. Misma que puede representar una satisfacción compartida como resultado de la solidaridad, la honestidad, la sinceridad de unos y de otros la expresión del compromiso de vivir en colectivo según nuestra tradición cultural y de ambas partes un proceso de reconstrucción humano y con dignidad.
Esto deja como resultado
un proceso en el cual la construcción y reparación de los inmuebles
será el pretexto para la reunión, el trabajo colectivo y las sesiones de
reflexión, talleres de capacitación y de convivencia.
Cada
familia participará con la mano de obra, los donantes con el material,
los voluntarios especializados con asesoría técnica y con herramientas
lúdicas para el intercambio de saberes, opiniones y conclusiones que
lleven a la creación de nuevos significados que impacten a la comunidad
que se reúna alrededor de cada sesión de trabajo.
Agradecimientos
especiales a Fundación Comunidad A.C., CISCO Systems de México S. de
R.L. de C.V., Alianza Latina USA Washington DC, Instituto de Energías
Renovables de la UNAM, Facultad de Estudios Sociales de la UAEM,
Universidad La Salle, Fundación Rayuela, Fundación "Ahora es Tiempo de
Dar", Pan y Rosas, Sindicato de la ENAH, Fundación Don Bosco, Huaribe
S.A. de C.V., Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE),
Cooperativa Omeyolotl, Casa Beraka, IRSI Refrigeración y a toda la
gente que de manera individual o en familias llegaron a donar de
diferentes estados.